jueves, 6 de septiembre de 2012

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lunes, 3 de septiembre de 2012

Estrés y el sistema reproductor femenino

El estrés es una reacción muy compleja ante factores que producen tensión. Estos estresores pueden ser Físicos (fiebre, tóxicos…), Psicológicos (experiencias traumáticas, ansiedad…) o Ambientales (ruido, contaminación, etc.). El estrés es una sensación normal, que en bajas dosis es positivo, y nos puede ayudar a hacer cosas, pero cuando este se eleva, puede ser perjudicial, afectando de formas diferentes según sea nuestra personalidad. 

Las situaciones que nos causan ira, frustración, tristeza, pueden desencadenar un aumento del estrés, bloqueándonos física y psíquicamente. Una de estas situaciones y que genera un estrés muy alto, es no ver cumplidos nuestros deseos de ser madres. Muchas mujeres se sientes decepcionadas, deprimidas e impotentes, cuando cada mes ven frustrados sus sueños, llegando a focalizar su atención sólo en ese objetivo y consiguiendo con ello, sólo elevar su ansiedad. 

Para poder entender la relación existente entre estrés y sistema reproductor femenino, primero debemos preguntarnos cómo funciona este sistema. 

El cerebro libera una hormona llamada LHRH que a su vez activa la secreción de las hormonas LH y FSH en la pituitaria. La FSH estimula la liberación de óvulos por los ovarios y la LH activa la síntesis de estrógenos por los ovarios. La primera forma de alteración está relacionada con un pequeño porcentaje de hormonas masculinas (sólo 5% respecto al hombre) llamados andrógenos suprarrenales. Hay una enzima en las células adiposas femeninas que convierte estos andrógenos en estrógenos. Pero ¿qué ocurre en momentos de estrés? , pues que no se produce esta transformación y aumentan los andrógenos, se producen menos estrógenos, con ello inhibiendo numerosos pasos de la reproducción. 

Cuando se pasa hambre extrema (por ejemplo en los casos de anorexia) también aumenta el número de andrógenos, alterando la reproducción. 

Otros síntomas del estrés son por ejemplo la inhibición de los niveles de otra importante hormona, la progesterona, interrumpiendo la maduración de las paredes uterinas. La liberación de la hormona prolactina durante el estrés interfiere también en la actividad de la progesterona. 

En resumen, el estrés afecta de forma grave en procesos básicos para la reproducción. 

Como vemos, es fundamental y necesario que ante una situación de infertilidad, no sólo nos preguntemos por las causas físicas que la pueden estar creando, sino también por las psíquicas. Hablar de lo que sentimos, de lo que nos preocupa, no reprimir nuestra rabia, relajarnos, no adelantarnos a los acontecimientos con pensamientos negativos y liberar nuestra frustración con algo que nos guste (bailar, viajar, hacer deporte…), nos relajará físicamente y nos ayudará a conseguir aquello que queremos. 

Georgina Trillas
Psicóloga. Especialista en enfermedades psicosomáticas