¿Qué es el mobbing?
La palabra mobbing tiene una traducción directa del español: aminalar, aminalamiento. En el diccionario de la Real Academia Española, se incluye la siguiente descripción: ningunear, menospreciar a una persona, no hacer caso de alguien o no tomarlo en consideración. Causar tal miedo, que la persona quede aturdida y sin acción. Abatirse, caer de ánimo.
El mobbing es el modelo psicológico que se utiliza para identificar el acoso laboral recibido por un empleado. Integrando la presión psicológica desarrollada tanto individual como en grupo y que ocasiona un impacto en el empleado
¿Cuál es el perfil del acosado?
Varias investigaciones han trazado el perfil profesional y personal. Algunas de las características que hacen de un trabajador la víctima potencial del acoso son:
- Elevada ética, rectitud y alto sentido de la justicia
- Autonomía e iniciativa
- Personas altamente capacitadas por su inteligencia y aptitudes y que suelen ser brillantes en su trabajo
- Liderazgo, carisma y popularidad entre sus compañeros
- Buena capacidad para trabajar en equipo
- Personas empáticas, sensibles, que se interesan por el bienestar de los demás
- Personas cuya situación familiar y personas es buena
Este tipo de personas son las que suelen hacer preguntas incómodas a sus superiores, las que denuncian las situaciones indignas, las que no se dejan comprometer por dinero, ascensos, defienden a sus compañeros y siempre hablan claro.
¿Cuál es el perfil del acosador y cómo actúa?
La psicología del agresor ha sido objeto de gran atención por parte de las obras que han abordado el tema del mobbing o acoso psicológico en el trabajo.
Ya sabemos que cualquier persona que se enfrente a una crisis puede utilizar mecanismos perversos para salir de ella. Todas las personas, sin llegar a ser en muchos casos un tema patológico, poseemos rasgos narcisista en alguna medida, como sería el egocentrismo, la necesidad de que nos admiren, la intolerancia a las críticas, etc. La diferencia fundamental entre tener rasgos narcisista o ser un perverso narcisista, y es allí donde radica la fuente principal de acosador, es que este utiliza al otro, saciando así sus pulsiones destructoras, sin sentir ni una pizca de culpa mientras ve como el otro sufre.
Los perversos narcisitos son considerados como psicóticos sin síntomas, que encuentran su equilibrio al descargar sobre otro el dolor que no sienten y las contradicciones internas que se niegan a percibir. Diríamos que hacen daño para poder existir, ya que seguramente a ellos también les hicieron daño y de esta forma el dolor les permite valorarse, aunque sea a costa de los demás.
Algunos de los rasgos que más sobresalen en estas personas son la exagerada centralización en sí mismos, la falta de interés y empatía hacia los demás, y la búsqueda de aprobación constante. Son envidiosos y desean lo que otros tiene o incluso la propia capacidad de ser feliz de algunas personas. Además no sólo no entienden las emociones de los demás, tampoco las suyas. No son capaces de experimentar auténticos sentimientos de tristeza, duelo, reacciones depresivas…siendo esto una característica principal de los narcisistas. Cuando los demás les decepcionan o hacen daño, suelen enojarse o tener deseos de venganza, pero no pena por lo que les ha pasado.
Las relaciones sociales de los narcisos, suele estar llena de conocidos, pero de muy pocas relaciones estables y duraderas.
El Narciso intentará sorber la vida de los demás a través de la perversión, y sentirán un placer enorme al ver como sufren y dudan, e incluso cuando los somete y humilla. Es lógico que cuando uno no tiene vida propia, necesite apropiarse de la de otro y si no puede hacerlo, deberá destruirla, ya que si él no tiene una vida, nadie puede tenerla. Si insensibilidad y falta de afecto es enorme.
Otra de sus características es la megalomanía, ya que se colocan como patrón de referencia del bien y el mal y de la verdad. Suelen exhibir muy buenos modales y buena imagen de sí mismos, dando el pego a quienes les rodea.
Critican a los demás y de esta forma no son capaces de ver sus propios fallos. Los perversos al no sentir, no tienen ningún escrúpulo moral, atacan y arrasan con absoluta impunidad.
Las decepciones, como hemos dicho, producirán ira, enfado y deseo de venganza e intentarán obtener una revancha si se les derrota o repulsa (por ejemplo en casos de separación).
La envidia es su motor, ya que los éxitos y vitalidad de los demás les recuerda su propia sensación de fracaso y sus carencias.
Para poder superar esa envidia, se apropian de los demás, someten a sus víctimas a sus deseos, creando dependencias. Una vez que ya se han apropiado de la energía positiva de estas personas, vierten toda su energía negativa sobre ellos.
De ahí que cuando son abandonados se muestren como víctimas al mundo, para poder así seducir a un nuevo compañero.
También hay que tener en cuenta que son sujetos irresponsables aunque a primera vista no lo sean, ya que nunca nada de los que ocurre a su alrededor es culpa suya. Todo el mundo es culpable y agraden a los demás para evitar cualquier responsabilidad y dolor.
Normalmente debido a su dificultad para tomar decisiones, suelen delegarlas a otros que la tomen por ellos. Es por esto que solos no se encuentran bien y buscan el amparo de los demás.
Por último destacar su personalidad suspicaz y paranoica. Su fase violenta es un proceso de desequilibrio paranoico, ya que piensan que deben destruir al otro por que es peligroso.
Un punto importante de la personalidad del perverso narcisista es su forma de comunicarse, que evidentemente es perversa.
El perverso narcisista rechazará la comunicación directa, imponiendo una imagen de grandeza y sabiduría.
Su lenguaje suele ser vago, difuso, impreciso, y así siempre puede negar cualquier cosa que se le diga.
Es decir que para desestabilizar al otro utilizará las burlas, no le dirigirá la palabra, lo ridiculizará en público, le ofenderá delante de los demás, no le dará oportunidad de expresarse, hará guasa de los puntos débiles del otro, hará alusiones desagradables sin que se lleguen a aclarar nunca, y pondrá en tela de juicio su capacidad de juicio y decisión.
La paradoja también le será útil, ya que es la forma fácil de desquiciar al contrario, hacerle dudar. Esto significará que por un lado el nivel verbal dirá una cosa, pero el no verbal estará dando un mensaje contrario, pero el agresor siempre negará la existencia del segundo, lo que producirá que el sujeto se desestabilice.
Otra forma de ir haciendo mella en la autoestima de la víctima es descalificarle, cuantas más veces se le repita que no vale nada, más se lo creerá. Al principio se hará de forma no verbal, sutil, como las miradas, suspiros, observaciones desagradables…pero como son críticas indirectas, es difícil poder defenderse.
El divide y vencerás también le sirve para provocar rivalidades, enfrentamientos entre las personas, esto se observa con frecuencia en las empresas y muchas víctimas describen que sus agresores cotilleaban, o otorgaban privilegios de forma descarada a unos sí y otros no, hacían correr rumores sobre la víctima, etc.
Su discurso autoritario que utiliza el agresor, intimida, es totalizador y su intención es arrastrar al otro hasta que opine de la misma forma.
Pero esa violencia de la que hablamos muchas veces viene disfrazada por halagos y dulzura, lo cual hace que la víctima no sepa discernir entre lo verdadero y falso y viva con una realidad distorsionada.
La violencia del agresor, será pues perversa, pero ¿qué ocurre si la víctima comienza a despertar y revelarse?, pues que el agresor tendrá pánico y entonces se desatará la ira. Pero sólo si la víctima se muestra fuerte en sus convicciones y no salta a las críticas, manteniéndose imperturbable al discurso agresivo del perverso narciso, es cuando conseguirá atajar la propagación del proceso perverso.
Es decir que al hablar de un acosador estamos ante una persona con una muy baja autoestima que necesita rebajar a los demás para él sentirse mejor, utilizando para ello la humillación, ridiculización e hipercrítica.
Los rasgos paranoides del acosador, se observarán en la permanente desconfianza hacia el trabajo o las intenciones de los demás. Esta desconfianza le llevará a dudar de todos y nunca tendrá suficientes pruebas que le hagan confirmar su confianza en los demás. De forma recurrente se desconfirmará la lealtad de los demás, utilizando para ello la distorsión, fabulación e interpretación delirante de los hechos. Esta personalidad paranoide le hará reaccionar de forma agresiva ante cualquier comentario o suceso, de ahí que necesite controlar todo su alrededor, sobre todo el comportamiento de sus subordinados. Este tipo de acosador paranoide podrá incluso desarrollar sistema de espionaje en la organización, violando la privacidad de las comunicaciones del resto de los trabajadores. Si pueden llagarán a escuchar conversaciones telefónicas, mirar correos…
El patrón de pensamiento del acosador paranoide es:
- Piensa mal y acertarás
- Las personas son generalmente hostiles
- Si descubren cosas acerca de ti, seguro que las utilizarán en tu contra
- La gente no es sincera
- Es necesario estar siempre en guardia
- La gente intenta manipularme
- Pedir o solicitar ayuda es signo de debilidad
- No hay que dar confianza a las personas sino luego abusan, etc…
En numerosos ocasiones durante la práctica clínica, los pacientes han descrito a la figura del acosador. Algunas de las características que más se suelen repetir ya las hemos mencionado, pero las que más destacan son:
- La falsa seducción “al principio era muya amable conmigo”
- Mentira compulsiva
- Envidia y celos profesionales
- Ausencia de modales y educación “me llagaba a gritar o humillar delante de todos”
- Ausencia total de empatía
- Oportunismo
- Falta de criterio personal
- Autoritarismo
- Egoismo
- Ausencia de capacidad de escucha “no me dejaba terminar las frases o argumentos”
- Rigidez
- Control “revisaba cada minuto lo que hacía”
- Interferencia en el trabajo “primero me decía que hiciera algo y en medio de mi trabajo, me entregaba algo que debía hacer ya, que era urgente…”
- Arrogancia
- Necesidad de quedar por encima
- Suspicacia
- Lenguaje insultante…
Se podrían dar más adjetivos para describir a los acosadores, pero estas son las características que más se repiten entre las “victimas” de estos sujetos.
¿Qué consecuencias tiene el mobbing?
Los efectos sobre las víctimas son varios:
- Efectos cognitivos: pérdida de memoria, dificultad de concentración, irritabilidad, agresividad, apatía, inseguridad…
- Síntomas psicosomáticos debidos al estrés: pesadillas, dolor de estómago, diarreas, nauseas, vómitos, falta de apetito, dolores musculares, cervicales, lloro, aislamiento…
- Síntomas de ansiedad, sudoración, sequedad de boca, taquicardia, insomnio
- Cansancio y debilidad general
Los síntomas de la persona que ha sufrido mobbing, son similares a los sufridos en el Síndrome de Estrés post-traumático.
¿Cómo reaccionan las empresas?
Las empresas no suelen ser conscientes de que un empleado está sufriendo mobbing, hasta más tarde, cuando la persona debido a las consecuencias dichas anteriormente, debe, en la mayoría de los casos, coger la baja.
Hay que tener en cuanta como actúa el acosador, ya que en muchos casos, sólo es la víctima la que siente la presión y el entorno no es consciente de lo que ocurre, y si lo es, por miedo tampoco suelen actuar.
La forma de reaccionar de las víctimas es muy diversa y dependerá de los recursos personales y económicos de que disponga, por ejemplo algunas personas solicitarán un nuevo puesto de trabajo, o denunciarán al acosador o a la empresa si tienen pruebas, etc.
¿Cómo tiene que actuar una persona que está sufriendo mobbing en su empresa y como le ayuda le pueda dar un psicoterapeuta en su situación?
Lo indicado sería que cuando la persona comienza a sentirse física y psicológicamente mal, acuda a pedir ayuda a un profesional, ya sea su médico cabecera, un psicólogo, psiquiatra, etc.
En el proceso de recuperación y superación , lo primero que debe hacer una víctima es reconocer o identificar que lo que le ocurre es que está sufriendo mobbing, de ahí que sea vital le ayude un especialista. Es importante tratar los síntomas, superar los mecanismos de negación y que sea capaz de hablar de lo que le ocurre, llegando a una adecuada comprensión intelectual. Con este primer paso realizado, ya se puede trabajar la rabia y la ira que le impiden elaborar una respuesta adecuada frente a su acosador y así, progresivamente ir tomando en control sobre su vida.
Con esta fase inicial trabajada, ya se podrá abordar la culpa o vergüenza que pueda manifestar, trabajando la autoestima y autoconfianza de la persona y así encontrar una respuesta adecuada al problema. Aquí es cuando la persona deja de ser víctima, con independencia del resultado final de su situación laboral.
Por último y muy importante, es poder ser capaz de perdonar emocionalmente al acosador, para así liberar esa energía bloqueada y poder decidir libremente sobre su futuro.
