jueves, 2 de mayo de 2013

¿ Tengo una enfermedad psicosomática ?

Puede que muchos de vosotros os hayáis hecho alguna vez esta pregunta y espero que con la información que os daré a continuación, se aclaren algunas dudas.

 Lo primero que debemos saber es qué son los síntomas somáticos. Los síntomas somáticos son aquellos que corresponden a situaciones en las que el cuerpo asume y carga con un malestar de origen emocional. Cuando el malestar emocional no puede ser reconocido o expresado aparece una disfunción de tipo biológico, que en su proceso evolutivo ha perdido el contacto y la conciencia con el dolor mental correspondiente.
Por ejemplo, algo que nos ocurre de forma común es no demostrar nuestro enfado o malestar con alguien, esta represión de nuestras emociones nos  puede llevar a tener dolores de estómago, la tensión alta, etc.

 A la hora de explicar cómo se produce la enfermedad psicosomática, nos guiaremos por el  Síndrome de Adaptación al Estrés, que es el modelo explicativo de la enfermedad psicosomática más importante.
Como ya nos podemos imaginar, el estrés es una reacción muy compleja ante factores que producen tensión y que pueden ser específicos o inespecíficos para cada individuo. Estos estresores pueden ser físicos (tóxicos, fiebre…), psicológicos (experiencias traumáticas, ansiedad…) o ambientales (ruido, contaminación…).

 El Síndrome de Adaptación al Estrés, se divide en tres partes: Por un lado tenemos la fase de shock o reacción de alarma.  Esta fase se activa cuando nos encontramos ante un problema, y ya desde el inicio suelen haber cambios físicos, como por ejemplo el aumento de la presión arterial, hipomanía muscular… Cuando superamos esta primera fase y lo que considerábamos un problema ya no existe, nuestro cuerpo reacciona de forma contraria, hipotensión e hipertensión muscular.
En cambio, cuando dicho problema continúa y nuestro cuerpo debe adaptarse a las nuevas condiciones, es cuando entramos en la fase de resistencia. Dicha fase requiere que nuestro cuerpo deba soportar una mayor exigencia de rendimiento, que sólo podremos mantener durante un tiempo.

 Si dicha situación persiste en el tiempo, nuestras reservas se agotarán, es decir entraremos en la fase de agotamiento, y es cuando aparecen las enfermedades llamadas de adaptación, en la que están la mayor parte de las enfermedades psicosomáticas.

Cuando la respuesta de estrés provoca una activación fisiológica excesiva (lo cual ocurre en la fase de agotamiento), puede hacer que los órganos diana afectados se desgasten demasiado, sin que puedan recuperarse, produciendo un agotamiento de los recursos y comiencen a aparecer los trastornos psicofisiológicos, como el dolor de cabeza, asma, úlceras… Este trastorno puede deteriorar sólo a un órgano o puede afectar a varios.

Como vemos el estrés no es positivo en nuestro organismo, de ahí la importancia de saber detectarlo a tiempo y poner remedio con acciones que ayuden a relajarnos y sobre todo, encarar los problemas de formas mas positivas.

 
Georgina Trillas
Psicóloga col.10092

 

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