lunes, 13 de marzo de 2023

Porqué no puedo dormir?

El insomnio o dificultad para conciliar el sueño, según la intensidad del problema, afecta a todos los ámbitos de la persona que lo padece, es decir, tanto a nivel emocional, cognitivo y comportamental.

Existen diferentes tipos de insomnio:

  • Insomnio transitorio o agudo (dura menos de 4 semanas)
  • Insomnio a corto plazo o subagudo (más de 4 semanas, pero menos de 3-6 meses)
  • Insomnio a largo plazo o crónico (más de 3-6 meses)

Con el insomnio leve o ligero, existe un mínimo deterioro de la calidad de vida. Es el que dura menos, es molesto, pero se suele solucionar a los pocos días.

Con el insomnio moderado, que sí se da cada noche , ya se observan  ciertos signos del deterioro de la calidad de vida, como por ejemplo irritabilidad, ansiedad y fatiga.

Con el insomnio severo o grave, los síntomas se sufren con mayor intensidad y por tanto, la calidad de vida se ve mucho más afectada.

Las causas que no llevan a tener problemas para dormir, pueden ser muy variadas:

-  Situaciones generadoras de estrés temporal o crónico, debido a problemas o preocupaciones laborales, familiares, económicas, etc.

-       Las condiciones físicas del espacio en el que se descansa, que no sea el adecuado

-      Hábitos irregulares del sueño, por ejemplo, cambios frecuentes de horarios a la hora de irse a dormir o de levantarse;

-       Malos hábitos alimenticios (cenas copiosas o irse a la cama con hambre)

-      Consumo de sustancias excitantes del sistema nervioso (té, café, alcohol, bebidas con cola, tabaco y cualquier otra que provoque dependencia física)

-      Tras intervenciones quirúrgicas o malestar físico que nos impida dormir bien

-      Abstinencia del alcohol o de otras sustancias depresoras del sistema nervioso, etc.

Es frecuente comenzar con un tipo de insomnio leve, que con el tiempo se va cronificando debido a la ansiedad. Generamos miedo a ir a dormir, anticipando pensamientos o situaciones negativas relacionadas con el descanso.

 Las consecuencias de no dormir son muy diversas, pero las más frecuentes son la dificultad para concentrarse, el estado anímico depresivo, la somnolencia diurna, el cansancio constante, dificultad de memoria, desorientación espacial, irritabilidad, cambios en conducta, etc

En consulta el insomnio suele estar presente casi siempre cuando tenemos un paciente con una situación de estrés y también es frecuente ver personas que llevan tiempo padeciendo problemas para dormir.

Es importante trabajar la situación que lo genera y sobre todo reestructurar creencias y actitudes acerca del sueño, del insomnio y de sus consecuencias. Una buena higiene del sueño también es importante y en casos en que la medicina natural no sea suficiente, acudir a los fármacos, pero siempre con mucha precaución.

 

 

 

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