martes, 12 de noviembre de 2013

Hipertensión y Personalidad

La hipertensión arterial constituye el principal factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares (la principal causa de muerte en nuestro país). Esta presente en un porcentaje importante de la población española adulta y aunque existen intervenciones terapéuticas eficaces para combatir la hipertensión, como puede ser la modificación de los hábitos de alimentación, el ejercicio físico regular, los fármacos, etc, muchos pacientes con hipertensión no consiguen alcanzar una presión arterial normal.

La psicología nos puede ayudar a explica el porqué, algunas personas no consiguen normalizar su tensión y así, desarrollar terapias que lo eviten.

Algunos casos de hipertensión arterial pueden estar relacionados con el estrés y con nuestra personalidad.

En cuanto a la personalidad, se ha indicado con frecuencia la existencia de una tensión interpersonal entres los impulsos agresivos y los sentimientos de dependencia. Es decir, existe un lucha entre el deseo de expresar nuestro enfado (ya sea rabia, ira u otra emoción negativa), y el miedo a que los demás se enojen o disgusten con nosotros por hacerlo.

Las personas con un comportamiento social excesivamente adaptado, orientado a alcanzar el máximo rendimiento, y con tendencia a evitar conflictos, conteniendo las pasiones positivas y negativas, son más propensa a padecer Hipertensión y también a mantenerla. Estas personas cuando sufren de estrés, suelen desencadenar Hipertensión, debido a la dificultad de liberar la tensión. Si a esto le sumamos malos hábitos alimenticios, el tabaco, etc, las posibilidades aumentan.

Los estudios también indican, que la limitada percepción de los conflictos o del estrés , también, están relacionados con la aparición de la hipertensión

Este tipo de personalidades suele caracterizarse por tener familias en las que hay cierta prohibición (explícita o no) a hablar o comunicarse, aumentando actividades de recepción, observación, control y contención, mientras que la entrega, participación y confianza aparecen poco.

Modificar aspectos de la personalidad nunca es tarea fácil, pero podemos aprender a ser más expresivos y a tener más consciencia de lo que sentimos, demostrando las emociones sin tener miedo a las consecuencias. Esto nos evitará muchos problemas físicos y psíquicos.

Georgina Trillas
Psicóloga

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